En los últimos tres años, Colima ha perdido cerca de 2 mil 400 colmenas, afectando de manera significativa la producción de miel en el estado, que actualmente se mantiene alrededor de 20 toneladas anuales.
El principal motivo de estas pérdidas ha sido el uso de agroquímicos dañinos para las abejas, como el fipronil. Entre 2022 y 2023 se reportó el mayor colapso, con aproximadamente 1,400 colmenas afectadas, mientras que en 2024 se perdieron unas mil colmenas adicionales.
Roberto Chávez Rincón, presidente del Comité Sistema Producto Apícola, explicó que muchas de las colmenas restantes aún son núcleos en formación, por lo que todavía no producen miel y limitan la capacidad real de cosecha del estado.
El dirigente subrayó que la miel colimense es 100 por ciento natural y pidió a la población comprarla directamente con los productores locales para evitar productos adulterados con fructosa u otros endulzantes, que generan competencia desleal.
Además de la caída en la producción, la actividad apícola ha disminuido en número de productores: de 130 registrados hace unos años, ahora permanecen activos alrededor de 85, lo que impacta la economía rural y la polinización de cultivos.
Como parte de la estrategia de protección de la apicultura, se impartieron cursos de “cadena de custodia” con apoyo de universidades y ayuntamientos, con el fin de que los apicultores puedan documentar legalmente las pérdidas por agroquímicos y exigir responsabilidades, garantizando la continuidad de esta actividad estratégica en Colima.
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