Tras determinar que el vehículo cargado con explosivos que detonó en Coahuayana ingresó desde Colima, autoridades reforzaron la vigilancia en la franja limítrofe entre ambos estados. El objetivo es controlar el tránsito en la zona costera y prevenir nuevos actos violentos como el registrado el pasado 6 de diciembre.
Los operativos se concentran en el crucero Boca de Apiza, donde se instaló un Punto de Inspección y Control con participación de la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional. En el lugar se revisan vehículos, se identifican pasajeros y se monitorea el movimiento carretero en ambas direcciones.
Como parte del despliegue, se amplía el tramo de circulación con maquinaria pesada para agilizar el flujo, permitir maniobras de seguridad y facilitar la detección de unidades sospechosas. Las autoridades señalaron que la medida permanecerá activa mientras continúe la investigación.
El estallido del coche bomba frente a las instalaciones de la Policía Comunitaria de Coahuayana dejó cinco personas sin vida —incluidos los dos ocupantes del automóvil— y siete heridos. Se trata de uno de los hechos más graves en materia de seguridad reciente en la región costera.
La Fiscalía de Michoacán confirmó que el vehículo procedió de Colima, lo que llevó a que la Fiscalía General de la República atrajera el caso inicialmente bajo la figura de terrorismo. Más tarde, la clasificación se modificó a delincuencia organizada como línea principal de investigación.
Dirigentes políticos locales señalaron que no existen indicios de amenazas contra el alcalde de Coahuayana, por lo que se presume que el ataque habría tenido como objetivo directo a los policías comunitarios. Mientras tanto, la vigilancia continúa y se espera que los operativos deriven en la identificación de responsables y posibles redes involucradas.
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