Las empresas en Colima enfrentan un entorno complicado, donde más del 36 % de los establecimientos se han visto limitados por la inseguridad. Esta situación no solo afecta la operación diaria, sino que también genera incertidumbre que frena la inversión y el crecimiento económico en la región.
Además, los costos asociados a servicios básicos como electricidad, agua y telefonía continúan siendo un desafío para alrededor de un tercio de los negocios, aunque esta presión ha disminuido ligeramente en los últimos años.
Sin embargo, el aumento en los precios de insumos y materias primas ha generado un impacto creciente, afectando a casi el 30 % de las unidades económicas, lo que complica la rentabilidad y sostenibilidad de muchos establecimientos.
La baja demanda de productos y servicios, junto con el incremento en los impuestos, añade presión financiera sobre los negocios locales, dificultando aún más su desarrollo.
A pesar de estos obstáculos, algunos sectores muestran signos de expansión. Los salones y clínicas de belleza lideran con un crecimiento significativo, sumando más de 500 nuevos establecimientos, seguidos por restaurantes de antojitos y tiendas de abarrotes.
Otros rubros que también han crecido son la venta de artículos usados, locales de comida rápida para llevar, consultorios médicos privados y talleres de reparación automotriz, reflejando una diversificación en la actividad económica del estado.
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