Ocho restaurantes en Colima han sido blanco reciente de incendios, atracos y otros actos violentos que mantienen en tensión a trabajadores y propietarios. Los incidentes, registrados en distintos puntos del estado, se suman a robos y agresiones contra comercios, elevando el nivel de riesgo para quienes dependen de la actividad económica del sector.
CANIRAC advirtió que la violencia ya no se concentra únicamente en establecimientos gastronómicos, sino que se extiende a tiendas, misceláneas y negocios diversos. Para la cámara, la situación compromete el funcionamiento de la cadena productiva que abastece a restaurantes, desde proveedores hasta servicios turísticos.
De acuerdo con cifras económicas recientes, en Colima operan más de 44 mil unidades comerciales, lo que evidencia la magnitud del impacto que puede generar la violencia en el tejido económico estatal. La disminución en la actividad afecta empleos, inversión y derrama económica.
El organismo señaló que el clima de inseguridad inhibe la llegada de visitantes y coloca a cientos de negocios en un escenario de vulnerabilidad que no debe normalizarse. El sector advirtió que la continuidad de las agresiones representa un riesgo directo para la estabilidad laboral y la operación diaria de establecimientos.
Frente a este panorama, CANIRAC hizo un llamado a autoridades de los tres niveles de gobierno para implementar medidas inmediatas que refuercen la seguridad en zonas afectadas y garanticen el funcionamiento de los comercios formales. La cámara propuso crear una mesa permanente de trabajo para evaluar avances y definir estrategias de prevención.
El organismo reiteró su respaldo a empresarios restauranteros y su disposición para colaborar institucionalmente con autoridades. Confiaron en que se aplicarán acciones efectivas para proteger la economía local y salvaguardar el bienestar de familias colimenses vinculadas al sector.
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