La reforma electoral en México busca reducir el gasto excesivo de los partidos políticos y modernizar los procesos de votación, lo que podría incentivar una mayor participación ciudadana en los comicios. El planteamiento ha abierto un debate nacional sobre la necesidad de ajustar un sistema que muchos consideran costoso e ineficiente.
En Colima, el presidente provisional del Instituto Electoral del Estado (IEEC), Juan Ramírez Ramos, señaló que el país requiere una reforma que conserve los mecanismos que han demostrado eficacia y que, al mismo tiempo, actualice los procesos para hacerlos más accesibles y transparentes.
El funcionario electoral advirtió que uno de los principales retos está en el financiamiento a partidos, pues mientras reciben cantidades millonarias, los institutos locales operan con recursos limitados. A su juicio, este desequilibrio debilita la organización de elecciones y frena la incorporación de nuevas tecnologías.
Entre los cambios planteados, destacó la incorporación de urnas electrónicas y el voto por internet como alternativas para reducir costos en materiales y acelerar la transmisión de resultados. Estas medidas también podrían atraer a jóvenes electores, quienes suelen ser los menos interesados en acudir a las urnas.
Ramírez Ramos sostuvo que los organismos locales no deben rezagarse en innovación y necesitan recursos suficientes para garantizar procesos confiables. Recordó que la credencial para votar y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) son ejemplos de instrumentos que han aportado certeza y deben mantenerse.
Subrayó que cualquier reforma debe construirse sobre consensos amplios, evitando retrocesos en derechos electorales y garantizando condiciones equitativas. “No se trata solo de reducir costos, sino de fortalecer la democracia con procesos limpios y confiables”, afirmó.
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