En plena contienda para ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), César Gutiérrez Priego, abogado e hijo del general Jesús Gutiérrez Rebollo, difundió una serie de grabaciones que, asegura, revelan vínculos entre Nilda Patricia Velasco, esposa del expresidente Ernesto Zedillo, y altos mandos del narcotráfico en la década de los noventa.
Los audios, que según el denunciante fueron grabados por su padre en 1996 mientras dirigía el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), contienen presuntas conversaciones entre Velasco y Jesús Amezcua Contreras, cabecilla del Cártel de Colima. También aparecen otros supuestos integrantes del crimen organizado, con referencias a deudas, pagos y a figuras públicas como el conductor Paco Stanley.
Para sustentar su denuncia, Gutiérrez Priego presentó primero una entrevista televisiva en la que aparece Nilda Patricia con su esposo, utilizada como muestra de su voz. Posteriormente, divulgó grabaciones donde una mujer, que asegura es Velasco, conversa con los narcotraficantes sobre movimientos financieros y operaciones logísticas. En una de las grabaciones, se escucha: “…invertimos menos, porque la hacemos con menos, aparte nosotros estamos haciendo el agua…”, en aparente referencia a la producción de metanfetamina.
El candidato también afirmó que Zedillo ordenó el arresto de su padre al intentar denunciar estos hechos. “Cuando intentó informar sobre esto, Zedillo, quien era presidente, ordenó detenerlo e inventarle delitos”, escribió en la red social X. Aseguró que posee once casetes con evidencia del involucramiento de la familia presidencial en actos de corrupción ligados al narcotráfico.
En otras grabaciones se menciona a personajes identificados como “El Kilo” y “La Tía” —alias que, según Gutiérrez Priego, corresponde a Nilda Patricia Velasco—, así como conflictos por pagos, amenazas de represalias y referencias a movimientos hacia ciudades fronterizas como Tijuana.
Jesús Gutiérrez Rebollo, figura central en el combate al narcotráfico durante los años 90, fue detenido en 1997 y murió en 2013. Su hijo sostiene que fue víctima de una conspiración para encubrir a altos funcionarios. Ahora, como aspirante a un asiento en el máximo tribunal del país, César Gutiérrez ha puesto nuevamente en el centro del debate una de las etapas más oscuras del poder político en México.
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